divendres, 20 de març del 2015

"No hay clavos que la intemperie no doble"






Yelmo Concedida la fuerza, la debilidad se estremece el martirio es masticado mientras los ojos se esquilan se amortaja en su poncho, confunde la eternidad con el instante, se divide en sangre, culebrea en sombras huye de su largo escalofrío con zancadas de petrales, en duplicados que remangan las rodillas, en la humedad de la ceniza concedida la fuerza, el yelmo se acomoda se zurce la madera en las arterias que apuñalan porque no hay clavos que la intemperie no doble.




Giovanni Collazos

http://gio-collazosc.blogspot.com.es/




Estupor de un gato sobre la ventana
Los animales nos miran con compasión
su política es solo carne para el cielo
somos restos de arqueología
axilas hacinadas bajo la nieve
donde tu pelo me clava gaviotas en algún puerto del norte
nos dan tanto en la fibra que el miedo se hace hacha
en la calle demasiado tiempo y hay una aguja en la dentadura
hay aluminio en la gangrena de un banco acostado sobre el hombre
la riqueza es la función carpintera del pobre
su canto un muchacho que va muriendo
y está la bacteria haciendo ruido
con su sollozo de "satanes" está doblando la historia
con lenguaje antiguo ladea cada encía
solo por darle piedra y secreción
por verle corriendo al desamparo
soledad espuma sin piernas
al horno aquellas extremidades
al horno mi vejiga sedienta y bebo vaso en desempleo
mis tritones conservan tus ropas íntimas que me interrogan
es la miseria conjunta
la condena líquida
acaricia el buitre la pobreza de su bocado
la deglución testicular de su barba
tenso y huesudo yace en la calle
sin amor de función alada
el árbol no abraza ese fuego
y sus rodillas se hacen dianas
el prepucio menguante
la violencia comprende con afecto su masa
en muchos "siempres" congelados
ha llorado su proyectil su ser contuso
y la herida sumando muslos
sumando orejas
sumando labios a la altura imparable de un filoso muerto
el obrero y su tapiz
se descuelga pájaro en su hora
se muerde la lágrima y el límite
se desata los pies
avanza armado sin cifras
sobre la ciudad creciente de rostros fúnebres
el amor del obrero busca distribuir el alma
con presagio irrompible
nido volante de puertas
y al primer día se hundió hasta arriba de infinitos
se sacó el sueño la lagartija el zapato
masticó cerraduras entre las piernas.
Gio.












http://www.trasversales.net/noleygllrdn.pdf

Esta publicación monográfica se suma al clamor de una sociedad indignada contra un anteproyecto de ley que pretende hacer retroceder tres décadas los derechos de las mujeres y la propia democracia. Sin derechos de la mujer no hay democracia